Bueno esto...

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Sigue tu camino, poca gente te ayudara.http://elninoelperroyelplatillovolador.files.wordpress.com/2009/12/3933793412_2afb65175a.jpg
La vida moderna nos ha vuelto espectadores. Lo peor: espectadores de
nuestra propia vida. Vemos los días pasar y nos preguntamos al final de la
semana ¿qué hemos hecho? La respuesta para mucha gente es mucho y al
mismo tiempo muy poco. Mucho de cosas triviales y poco de las vitales.
Atrás hemos dejado nuestros sueños, aquellos que alguna vez tuvimos.
Todo porque pensamos que soñar es en vano. Nos da miedo soñar, nos da
miedo pensar en las cosas que anhelamos. Nos refugiamos en la engañosa
seguridad de la rutina. Dejamos a nuestros sueños morir de inanición.
Hay en el mundo asesinos de sueños. Quizá conoces alguno, son personas que
siempre están diciéndote que lo que quieres lograr es imposible. Por supuesto,
hay que escuchar las palabras de cautela y las objeciones válidas. Pero si Colón
hubiera escuchado a todos los que le decían que su viaje estaba destinado a
fracasar, jamás hubiera llegado a América. Otro escollo para llevar a cabo nuestros
anhelos es el miedo. Este es un enemigo insidioso. Te asalta cuando menos lo
esperas. Acecha en los recodos del camino y crea imágenes de derrota en tu mente.
¿Cómo es posible concretar nuestros anhelos? Todo empieza con un sueño, sin eso
no hay nada. Al principio es una idea sin forma que nos llega de pronto. Todos hemos
tenido una experiencia así. Lo malo es que no les hacemos caso. Un sueño es como
una planta pequeña. Puede morir fácilmente expuesta al frío de la lógica o al viento de
la burla. Para crecer y florecer requiere que la protejas y la alimentes día con día.
Nuestros sueños son como puertas a una realidad futura, potencial. Convertirlos en
algo tangible es nuestra tarea. La realización de un sueño empieza con un deseo
vehemente, un verdadero entusiasmo por aquello que queremos alcanzar. El problema
es que cuando tenemos un sueño realmente digno de nosotros, lo hacemos a un lado.
Nos da miedo que nuestros esfuerzos resulten vanos y preferimos no arriesgar para no
perder. El problema es que, al no arriesgar, tampoco ganamos. Los sueños también se
alimentan de la acción. Por pequeña que ésta sea, pero que nos acerque a ellos. Aquí
podrás ver otro problema para llevar los sueños a la realidad, queremos que se
materialicen de la noche a la mañana. Por eso nos emocionan tanto las rifas y los sorteos.
Decíamos la semana pasada que las oportunidades abundan, quisiera decir lo mismo de
los sueños. Por desgracia no es así. Pocas personas se atreven a soñar, a pensar de veras
en grande. Temen fracasar, les asusta no llegar a su meta si fijan una demasiado elevada.
Terminan quedándose estáticos porque las metas menos ambiciosas les parecen poco
atractivas. Te invito a utilizar ese momento de existencia que tenemos en la tierra para brillar
intensamente. Atrévete a soñar, luego despierta y trabaja en tus sueños. ¿Los alcanzarás?
Probablemente sí. Pero aún si no los logras, ¿no es mejor intentar y fracasar que jamás haber
intentado? Dice una frase: "la vida es demasiado breve para ser pequeña". Poco podemos
hacer para cambiar la brevedad de nuestra vida. Pero sí podemos evitar que sea pequeña.
Hagámosla grande, tan grande como nuestros sueños. .

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